Al que madruga Dios le ayuda.

Marta Gil-Casares.

        Erase una vez un profesional español, casado y con 3 hijos que tras llevar más de 20 años trabajando para la misma multinacional en distintas partes del mundo y con una trayectoria exitosa -residiendo su última etapa en Madrid-,  le anuncian el promocionar a una responsabilidad aún mayor con residencia fuera de España, donde se ubican las oficinas centrales.

Las circunstancias hacen que su futuro destino no sea el ideal con el que él soñaba para sus hijos en edades delicadas de formación en valores e identidades. Entonces ¿qué camino tomar? Difícil decisión….en un plato de la balanza seguridad profesional y económica para toda la familia, en la otra un desarrollo personal sin el escenario deseado para los suyos.

La trayectoria profesional de aquellos que tenemos más de 40 años es quizá más complicada que la de los más jóvenes. Por el crecimiento del mercado en general que hemos vivido no hemos necesitado ser nosotros los que lideremos nuestro futuro y nos damos cuenta que no tenemos margen de maniobra cuando ya es algo tarde para liderarla, cuando aparecen las circunstancias que nos obligan a tomar una decisión muy complicada. Aparecen las preguntas que nos torturan…”¿Cómo no he sido capaz de darme cuenta antes? ¡Siempre he sabido que me propondrían ir de vuelta a la casa matriz! El tiempo pasa tan rápido…!”.

Aun con el tiempo restringido con el que cuentas puedes poner tu plan en marcha: clarifica tu visión a largo, medio y corto plazo, define sectores de actividad, localiza decisores clave en tus compañías objetivo, diseña una propuesta de valor diferencial que te permita destacar de otros y genera “club de fans” que hablen gratuitamente de ti a otros y que te permita ser recordado.

¡Nunca es tarde cuando la dicha es buena!

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