Al sentarme a escribir este blog, lo primero que me viene a la cabeza es la diferencia radical en el antes, y el después del proceso profesional vivido estos últimos meses. Hoy creo haber encontrado esa persona que Marta y Marisa vieron desde el primer momento y que me ayudaron a descubrir.
En mayo de 2016, recibí una llamada – inesperada para mí – que resultó en mi salida de un gran grupo tras 12 años intensos y maravillosos. Lo primero – que supongo nos ocurre a la mayoría – fue una sensación repentina de vacío absoluto.
Aquí tengo que agradecer enormemente la oportunidad de poder incorporarme al método MGC. Era consciente de la necesidad de reaccionar, pero también de que necesitaba ayuda para ello. No había buscado trabajo desde hacía 16 años. ¡Y no tiene nada que ver con entonces, claro!
Cuando pienso en lo vivido durante el método MGC, me surgen las siguientes palabras: “abrupto”; “constructivo”; “control”.
“Abrupto” porque desde la primera conversación con Marta, y enseguida en el taller POP, te das cuenta de todo aquello de valor que tienes a disposición para poder seguir creciendo y de que no eres el único atravesando las mismas dudas. Pero también sin pelos en la lengua, recibes un feedback muy claro sobre aquello que debes mejorar. A partir de aquí cada uno tenemos dos opciones: escondernos en una esquina o ¡lanzarnos a por los objetivos!
“Constructivo” me viene por el feedback inmediato que recibes de compañeros del método y en mi caso de Marta y Marisa, todo dentro de un entorno que ellas construyen basado en la más absoluta confianza. Constructivo también porque una vez enfrentado a la realidad, hay un método sólido que te ayuda en tu reflexión profesional, a planificar tu estrategia para lograr las metas que tú te marcas y que facilita la construcción de tus mensajes – todas ellas tareas nada fáciles.
Finalmente, “control” porque a partir de este momento, vuelves a estar en el “driving seat” de tu vida profesional. Controlando los eventos y la ejecución de la estrategia y plan que tú te has marcado.
Puedo decir que estos últimos meses para mí han sido de lo más divertidos, una vez tomado bajo buen criterio de Marta y Marisa, el tiempo adecuado para construir y volver a tomar el control.
Realmente han sido 3 meses lo que he tardado en encontrar un trabajo que se adaptara a mis aspiraciones profesionales. Me he reunido con todo tipo de personas, de todos los niveles, de diferentes sectores, con diferentes planteamientos de la vida, sus empresas y sus sectores. Ha sido una oportunidad de oro para abrirme al mundo y de la que tengo que agradecer la ayuda y el apoyo a muchas personas. El método me ha armado de valor y claridad de ideas y me ha permitido hacer cosas que nunca hubiera hecho. Por ejemplo, en un evento acercarme en frío a un directivo clave, de una empresa objetivo. Construir desde ese primer momento una relación que en mi caso desembocó en una oportunidad y oferta de trabajo. O por ejemplo que personas de mi red de contactos me pusieran en contacto con personas clave de diferentes sectores, y como por arte de magia algunas de esas conversaciones que se iniciaron con un café se convirtieran en una oportunidad y una nueva oferta de trabajo. ¡Vamos, que esto que me contaban Marta y Marisa del mercado oculto, de generar tú la oportunidad, o ganarte un nuevo prescriptor y que en su momento no entendía bien, ¡es muy real! Si bien requiere de un esfuerzo personal importante.
También puedo decir con confianza que las personas son mucho más generosas de lo que uno puede imaginarse. En el grupo MGC he conocido personas brillantes y que me han apoyado de una manera fantástica. Sobre todo me ha sorprendido en este proceso, como terceras personas que no me conocían de nada tomaban el testigo de ayudarme con introducciones, presentaciones e incluso en algún caso ¡referencias!
La mayor pena que me da el incorporarme a la rueda del día a día en un nuevo puesto de trabajo de nuevo es el tiempo que he vivido con mi mujer y mis dos hijos estos meses. He pasado un tiempo con ellos que espero haber sabido aprovechar, y también a quienes tengo que agradecer su apoyo incondicional en todo momento.
Por supuesto, si estás leyendo este blog y puedo ayudarte en algo, no dudes en pedírmelo. Estaré encantado de ayudar/apoyar en lo necesario.
Escrito por William Foley.