El trance de escribir y presentarnos.

Marta Gil-Casares.

A todos nos ha ocurrido alguna vez: Dirigirnos por escrito a un tercero al que no conocemos.

Es una realidad que ocurre a diario cuando estamos trabajando. Nos relacionamos con clientes, proveedores, colegas de otros países a los que nunca hemos visto la cara. Afrontamos esta situación con tranquilidad, trasladamos QUÉ necesitamos y PARA QUÉ y pedimos COLABORACIÓN en algún aspecto.

Cuando se repite esta misma situación pero desde el salón de nuestro domicilio las cosas cambian…Redactamos el correo, eso sí, desde una posición 10 niveles por debajo de nuestro destinatario sintiéndonos menos que nada y atormentándonos continuamente con la idea de “…qué va a pensar, …con lo ocupado que estará y yo molestándole/@, …además no me conoce de nada, ¿por qué debería de ayudarme?…”

No hay nada como hacer lo contrario de lo que espera el receptor de la misiva que, en realidad no espera nada, ni siquiera que le contactemos ¡Esa es nuestra baza! SORPRENDER.

Y como muestra un botón. Os doy un ejemplo real de uno de nuestros clientes que redactó la siguiente carta para entrar en contacto con el Presidente de una compañía:

“Estimado Sr. Pérez

Lo primero de todo quisiera presentarme, mi nombre es Wccc Wnnnn y tengo sus datos de contacto a través del profesor Cvvvvv de Xxxxxx. Actualmente estoy cursando un programa _____

Me dirijo a Ud. porque a través de diferentes medios, he estado siguiendo las noticias sobre su compañía y los proyectos desarrollados por Vds., los cuales me resultan de gran interés por el carácter innovador de los mismos.

Estuve hablando de su empresa con el Profesor Cvvvvv, y él me ha sugerido que Vd. es la persona ideal para poder conocer algunos detalles más de su compañía y de su grupo, por lo que le agradecería si me pudiese dedicar 15 minutos para tomar un café y hablar sobre el tema.

Le adjunto mi CV y breve carta de presentación para que pueda tener Vd. algo de información sobre mí.

Quedando a la espera de sus noticias reciba un cordial saludo

Vvvvv Vvvvv”

Algunos datos sobre mi cliente el escribiente: 43 años, última posición Director General empresa mediana, trayectoria ascendente desde el punto de vista curricular. Personalidad sólida, capacidad sobrada y probada para relacionase. En fin, lo tiene todo.

Este ejecutivo me pidió opinión sobre lo escrito y le hice las siguientes reflexiones y preguntas:

• ¿Qué hace que generemos confianza a través de un correo? Mostrar vinculación directa.
• El trato de Vd. puede mantenerse acercándonos a nuestro interlocutor, no necesariamente implica alejamiento.
• ¿Cómo se trabaja el ego del receptor? Haciéndole sentir importante sin excedernos.
• La razón que nos lleva a escribirle debemos de plasmarla. ¿Qué forma es la apropiada? Clara, directa y concisa. Del NO ya partimos.
• ¿Para qué mencionar el curriculum? ¿Se trata de un proceso de selección? Una bio demuestra seniority.

Por supuesto la referencia es el grano angular de la misiva. Ha de tener peso y prestigio.

La carta que finalmente envió después de nuestra sesión de feedback, decía lo siguiente:

“Estimado (Ignacio/Juan/Carlos…)

Mi nombre es Vvvvv Vvvvv y me ha facilitado su contacto el profesor Vvvvv de Xxxxxx. Me encuentro actualmente cursando el Programa _________.

Por pertenecer al sector (energético/alimentación/ seguros…), sigo muy de cerca la evolución del mismo y me ha llamado especialmente la atención el último proyecto que ustedes están promoviendo por su carácter innovador y diferencial y que pienso rompe el mercado por ser pionero.

Mi interés radica en informarme con más detalle de la empresa y los proyectos que usted lidera y es por ello que le solicito me conceda 20 minutos de su tiempo. Mi objetivo es que me conozca y conocerle.

Quedando a la espera de sus noticias.

Un cordial saludo

Vvvvv Vvvvv”

#Le adjunto mi CV para que tenga una breve introducción de quién soy profesionalmente hablando.

Os preguntaréis qué pasó. El Presidente de esta empresa tardo 3 minutos en ponerse en contacto con nuestro cliente. ¿Suerte? ¡Seguro que la tuvo! ¿Confianza? Es lo que respiraba la carta.

Siempre promulgamos nuestra Normas CADAC para la elaboración de mensajes efectivos:
Claro
Argumentado
Directo
Aséptico
Corto

¡Te animamos a seguirlas!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *