La honestidad y humildad como bandera de nuestro éxito

Marisa de Diego.

Cuando trabajamos con profesionales en procesos de gestión de cambio en su carrera profesional, hay varios aspectos que de forma repetitiva suelen aflorar, unas veces de forma in-consciente y otras por considerar que es la mejor forma de poner en valor lo que he hecho y conseguido. Por su posible impacto negativo en un proceso de selección, hemos considerado importante dedicarle unas líneas.

Presentarse como el salvador. Cuando trabajamos los retos o logros alcanzados, es muy habitual que el profesional, sitúe el problema de partida en el predecesor del puesto, equipo anterior o mal hacer de la compañía en general. Los logros deben estar avalados por nuestra actuación: capacidad de analizar la situación, identificar cambios que permitan reconducirla y gestionar el cambio desde la implicación y búsqueda de compromisos. NUNCA DESDE LA DESCALIFICACIÓN.

“Yo o Nosotros”. Cuando vendo algún logro, ¿ qué es mejor: hablar en primera persona de singular o en primera persona del plural?. Está claro que si te preguntan por un reto o logro del que te sientes orgulloso, están pidiéndote que hables de lo que tú has hecho. En ese caso lo lógico es hablar en primera persona reseñando aquello diferencial y de impacto que te ha permitido gestionar el cambio y/o mejora necesaria, pero sin olvidar que su implantación ha requerido la participación de otros. Por ello es importante que encuentres el equilibrio entre el uso de ambos tiempos, dejando claro qué ha partido de ti y en qué han participado otros. Recuerda que un buen líder es aquel que sabe que la implicación de todos es esencial para conseguir un objetivo pero también que cada uno debe asumir su responsabilidad.

Justificar un error. Todos hemos cometido errores a lo largo de nuestra vida y de ellos hemos aprendido o hemos debido hacerlo. Cuando te piden en una entrevista que compartas un error en tu trayectoria, no hay que sentirse atacado y comenzar el discurso intentando justificar el motivo del mismo, buscando culpables fuera. Acepta y asume tu error, explícalo con humildad y honestidad y finaliza vendiendo el aprendizaje obtenido.

Hace poco he leído en un artículo, una reseña a Blanchard sobre este tema. Me parece sumamente acertado compartirlo con vosotros:

“Muchos problemas surgen, no de cometer errores, sino de no aprender de ellos”. Ken Blanchard

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