La importancia de la primera oportunidad profesional

Marisa de Diego.

Ya hemos hecho referencia en nuestro blog a la importancia de dirigir correctamente nuestra carrera profesional desde que damos nuestro primer paso en el mundo laboral.

Sabemos que no es fácil, no nos preparan adecuadamente para ello, tenemos que adentrarnos en un mundo desconocido para nosotros. ¿Qué debemos hacer? ¿Cómo hacerlo?

Dada la importancia que este aspecto tiene, una de las líneas de nuestro trabajo está centrada en ayudar a jóvenes recién licenciados o a aquellos que ya han tenido una primera experiencia profesional, a encauzar su carrera hacia lo que realmente quieren ser “de mayores”.

Cuando terminamos nuestros estudios, buscamos becas para entrar en la empresa. Hasta aquí todo correcto, pero ¿buscamos una beca de lo que nos gusta o cogemos la primera que nos ofrecen? ¿Intentamos desde ahí, buscar algo más alineado con lo que nos gusta o nos dejamos arrastrar por lo que nos va saliendo?…..Hay que ser consciente que cuanto más tardemos en re-direccionar adecuadamente nuestros pasos, más difícil nos resultará salir de la rueda en la que nos hemos metido.

Pero, es que “no sé exactamente lo que quiero y mucho menos como venderme¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡”

Lo primero es saber quién eres, cuáles son tus valores, qué has aprendido, qué respuestas das a las situaciones que se te han presentado, qué conductas mueven tu actuación… Todo esto toma mayor relevancia cuando tu carta de presentación inicial (cv) no puede ofrecer más que datos universitarios. Y ¿qué más voy a poner sino tengo experiencia o esta es muy escasa????

Precisamente si valoras y reflexionas sobre lo que has hecho mientras estudiabas, qué han valorado de ti durante tus prácticas, como ha sido la relación con tus compañeros, que papel te ha gustado desempeñar a la hora de organizar eventos en la universidad, si has tenido o no iniciativa a la hora de proponer mejoras en todos los ámbitos y un etc. más, sabrás exactamente que tienes que vender sobre lo qué eres y lo que puedes ofrecer. Es un buen comienzo. Después centrarte en qué quieres, donde quieres dirigir tus pasos para conseguir un proyecto que te interese. Ya estás preparado para llamar a la puerta correcta desde la proactividad y no esperando a que alguien te de una oportunidad. Puede no llegar si tú no lo buscas.

A partir de ahí llega la preparación de cómo exponerlo a través de una buena comunicación. Es hora de dejar de lado un vocabulario coloquial y centrarte en saber expresar con elegancia, orden y estructura quién eres y que puedes hacer.

Tienes mucho que decir, piénsalo y prepárate para hacerlo bien desde el primer momento.

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