Lo que tu CV no dice de ti

La semana pasada escuché a un Profesor, uno de esos profesores con P mayúscula, que les decía a sus alumnos de último año de grado, a punto de salir al mercado laboral: “Las empresas te querrán contratar si, después de entrevistarse contigo, la persona que vaya a decidir tu contratación está convencida que su empresa será mejor si tú trabajas en ella.”

Repito: “Las empresas te querrán contratar si, después de entrevistarse contigo, la persona que vaya a decidir tu contratación está convencida que su empresa será mejor si tú trabajas en ella.”

¿Crees que un decisor puede llegar a esta conclusión leyendo únicamente tu CV?

Claramente no.

Un CV es una imagen parcial, incompleta de ti mismo. Incluso el CV mejor elaborado sigue siendo incompleto, no refleja tu realidad total.

El CV no habla, no gesticula, no interactúa, no se adapta a tu interlocutor sobre-la-marcha. No transmite la energía que tú tienes. Tampoco te permite hacer un zoom instantáneo para resaltar un aspecto que durante una entrevista detectas que es estratégico y que has que poner encima de la mesa para que ese decisor… decida.

Y sobre todo, un CV no refleja cómo tú haces las cosas, cómo has actuado ni tu actitud para lograr los resultados que has conseguido en las organizaciones en las que has trabajado.

Tu objetivo es que la persona que te entreviste esté convencida al final de la reunión que su empresa, o la división que él lidera, será mejor si tú estás en su equipo, por tu modo de trabajar y por las acciones que has puesto en marcha durante tu trayectoria profesional, explicadas y avaladas con hechos.

Ten preparado un CV magnífico. Y, si puedes, NO lo envíes aunque te lo pidan. Utilízate a ti mismo para ponerte en valor. Con un método adecuado y una buena preparación, tú serás tu mejor embajador.

Escrito por María José Lasarte.

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