Mildred Laya Azuaje.
Si además la tecnología es el canal de esas historias, su impacto alcanza el infinito y más allá. La huella digital se impone.
Cuando sucede un cambio radical en nuestra vida profesional, bien por decisión propia o por circunstancias ajenas a nuestra voluntad, ponemos a prueba la calidad y la influencia de nuestra marca personal.
El objetivo de este post no es entrar en la teoría abundante sobre marca personal, sino en sugerir sencillas recomendaciones de cómo la clave de nuestro éxito profesional y personal depende de la absoluta honestidad de nuestra reputación y de la mejora continua que tengan los otros en su interacción con nosotros, es decir, la historia que escribimos en nuestro entorno, la experiencia que creamos con nuestras relaciones. Y lo más importante, cómo compartimos y divulgamos esas historias.
Usualmente no somos conscientes de la importancia que implica este asunto hasta que la necesidad nos lo recuerda y nos impulsa a valorar nuestra marca personal y nuestro entorno.
Esto puede entenderse en un contexto personal, bien sea por un cambio súbito de nuestra vida privada (separación, pérdida, accidente, conflicto, etc.) o profesional (despido, jubilación, instinto de emprender, etc.).
Comencemos:
Es fundamental hacer “varios inventarios” de nuestra atmósfera de relaciones. Los listados suelen darnos sorpresas:
• Quiénes son las 20 (ó 10 ó 40) personas más importantes/poderosas/influyentes que conozco…y me conocen.
• Con qué frecuencia tengo alguna “experiencia” con ellos: tomar un café, asistir a un evento, tener una conversación, etc.
• Qué opinan ellos de su relación conmigo. A veces con pedirles que nos definan con 3 simples adjetivos es suficiente. Nuestro nivel de influencia es directamente proporcional a lo que otros hacen inspirados por nosotros.
• Quiénes son mis 20 mejores amigos/compañeros/colegas.
• Quiénes son las 20 personas a las que me gustaría conocer o contactar porque admiro o porque me interesan en mis objetivos.
Una vez que tengamos estos listados, la pregunta es ¿cuál es el rol de estas relaciones en mi objetivo actual?. Es cuestión de priorizar. Dedicar tiempo a redes que no aportan valor de alguna forma es perder más que oportunidades.
Cuando hacemos el mismo ejercicio en el terreno de las redes sociales, entramos en el ámbito de los “amigos invisibles” y allí se encuentren con toda seguridad, muchos tesoros y también muchos vampiros.
El Curriculum Vitae sigue siendo importante obviamente. Sin embargo, en perfiles con una trayectoria profesional comprobadamente sénior, la columna vertebral de su marca personal está en su Vitae, es decir, en su vida, en sus historias, sus logros, sus errores, sus resultados.
Eliminemos el prejuicio de que construir una marca personal está basado en patrones de egocentrismo o afan de protagonismo. Nuestra trayectoria y experiencia tienen una huella validada por quienes somos. Los anónimos no crean confianza ni credibilidad. Seamos coherentes y asertivos pero sobre todo influyentes y visibles.
¿Qué podemos hacer entonces?¿Qué canales tenemos? La próxima semana continuará….