A lo largo de nuestras publicaciones, hemos hablado mucho de la importancia de conocernos como punto de partida a vendernos de forma diferencial. También hemos reforzado la idea de que hoy en día, debido a las exigencias del mercado y la gran oferta disponible de candidatos muy válidos, tanto por su larga experiencia como por la calidad de sus proyectos y retos superados con éxito, se hace OBLIGADO saber vender nuestro valor añadido y diferencial que podemos ofrecer.
Esta situación también hace que cada vez los procesos de selección sean más exigentes.
Las preguntas que nos hacen requieren de nosotros estar muy bien preparados para no caer en ambigüedades o globalidades a la hora de responderlas. ¿Cómo podemos asegurar una respuesta que no deje resquicios de duda sobre nuestras capacidades, actitudes y competencias ligadas a cada pregunta que nos hagan?:
• Reflexionar, reflexionar, reflexionar………. sobre quiénes somos sabiendo qué hemos conseguido. Conductas y actuaciones pasadas pueden reflejar más claramente conductas y actuaciones a futuro aunque sea ante situaciones y entornos diferentes.
• Identificando muy bien qué hicimos para superar retos, problemas, situaciones de conflicto. Las generalidades no venden, no nos diferencian.
• Responder siempre desde el planteamiento de la situación, acción y resultados. Tener una estructura permitirá reflejar claridad de ideas y asegurar entendimiento.
• Se breve. No cuentes una historia.
• No provoques una nueva pregunta aclaratoria. Eso ocurrirá si el entrevistador no considera que se le ha contestado a lo que ha preguntado o lo que es peor, le hemos generado DUDAS.
• Estructura bien las preguntas y hazlas desde la seguridad y brevedad.
• Estate atento a las reacciones del entrevistador. Así sabrás si está habiendo conexión.
Generar confianza, buen feeling y asegurar que la percepción generada en tu interlocutor es la que querías, DEPENDE DE TI en gran medida. NO VAYAS A UNA ENTREVISTA SIN ESTAR PREPARADO.
Escrito por Marisa de Diego.