El inicio de un nuevo año siempre nos hace replantearnos muchas cosas, entramos en un periodo de reflexión y compromisos, máxime si estamos en un momento donde la necesidad de cambio profesional, forzada o voluntaria nos exige actuar deprisa.
Me gustaría acompañaros en esa reflexión compartiendo algunos puntos que considero importantes.
Si partimos de un aspecto clave para la acción que son las creencias sobre nuestra realidad, tenemos que empezar siendo conscientes de si éstas nos están limitando o ayudando al cambio que queremos dar. Como decía Hemingway en su teoría del Iceberg, cuando miramos nuestra realidad tenemos que saber que solo estamos viendo la parte visible del iceberg (un 20% del total) y el resto (zona sumergida) corresponde a la parte inconsciente. Obviamente nos resulta más fácil trabajar con aquello que vemos o tenemos asimilado y tendemos a considerar que es la forma correcta de actuar aunque no nos esté dando los resultados que queremos. ¿No nos estamos justificando (ya no tengo edad ni tiempo para cambiar ¡¡¡, yo no puedo hacer eso¡¡¡¡¡, eso no va conmigo¡¡¡¡….) ??. ¿Creéis que merece la pena intentarlo?.
Cómo hacerlo?:
• Primero, identificando las creencias arraigadas y aprendidas que hace que actuemos de una forma concreta y que consideramos que es la única o mejor vía. Saber qué creencias debo mantener y cuáles me están limitando. Las primeras me ayudan a tener mayor confianza en mi mismo y superar situaciones complejas, las limitantes nos impiden movernos o por lo menos ir por el camino correcto.
• Aceptar que la desestabilización inicial que me pueda generar planteándome otras formas de hacer, puede ser superada por los resultados. Si pensamos que podemos hacerlo, lo haremos, si nos repetimos que es imposible, nunca lo lograremos.
• Verbaliza tu reflexión con objeto de dar fuerza al pensamiento y escucha con atención lo que dices. Ese es el primer paso para ser consciente y comprometerte a cambiar o modificar creencias.
• Compártelo con otros, con personas que para ti sean un referente por cómo actúan, qué han conseguido o por su experiencia.
• Escucha con atención las ideas que te exponen. Mantén la mente abierta a otras perspectivas o creencias.
• Si has aprendido de tus errores, se consciente que aprender de los errores de los demás te ayudará en gran medida a ganar tiempo.
• Escribe tus conclusiones y compromisos. Prepara tu plan de acción y tus mensajes que también deberás escribirlos. Esto te permitirá darles una estructura y generar mayor seguridad a la hora de expresarlos.
• Y, lo más importante, empieza a poner en práctica tu plan sin demora…
Escrito por Marisa de Diego.