El mes pasado hablábamos del valor añadido que todo profesional tiene y que debe saber cómo ponerlo en contexto en situaciones donde está en juego el ser o no ser seleccionado para un proyecto de interés. Hoy vamos un paso más allá. Las habilidades que hemos desarrollado marcan nuestra diferencia, es nuestra IDENTIDAD. De ahí que sea clave saber cómo hacer ver a nuestro interlocutor que elementos intangibles definen nuestra MARCA.
Para ello deberemos tener clara nuestra estrategia de venta al igual que lo hacen las empresas de servicios para captar consumidores de sus productos, dejar nuestra huella, conseguir la percepción que deseamos en la mente de nuestro interlocutor, conectar emocionalmente, generar confianza, en definitiva que nos elijan al igual que nosotros elegimos un producto frente a otro..
Cómo hacerlo?. Aquí entra en juego el factor más importante de la venta: el marketing que hacemos de nosotros mismos y para ello nada mejor que una buena comunicación. Tenemos que huir de valoraciones personales. Somos muy tendentes a comunicar nuestras bondades desde la calificación personal: soy un buen gestor de equipos, tengo excelentes capacidades de negociación, buenas dotes de liderazgo…., pero por qué una tercera persona debe creérselas?, no habrá que demostrárselas?. El éxito radica en conseguir que la otra persona extraiga las conclusiones sobre lo que somos, nuestro buen hacer, a través de lo que comunicamos y cómo lo comunicamos.
Todos tenemos ya nuestra marca pero si no sabemos cuál es, si no conocemos la percepción que generamos ante los demás, no estaremos gestionándola de forma efectiva.
No esperes más, analiza qué mensaje estás dando al mercado y de lo que de él perciben y genera desde ahí, los cambios necesarios. Prepara un mensaje que recoja lo que realmente marca tu diferencia, aquello por lo que quieres ser recordado, que genere confianza y seguridad en tus capacidades y aválalo con hechos reales y demostrables. CONVIERTE LA PERCEPCIÓN EN OPORTUNIDAD.
Escrito por Marisa de Diego.