En muchos de los talleres MGC que desarrollamos, los participantes siempre repiten ciertas reflexiones en voz alta. Una de ellas está relacionada con la dificultad que para ellos representa pedir, realizar una petición. En muchos casos lo verbalizan como si pedir fuera sinónimo de mendigar.
Las peticiones pueden ser muy variadas: petición de información, petición de que nos presente a alguien, petición de conectar con un decisor…
Y las excusas también son muy variadas…
– Prefiero no pedírselo porque se podría molestar…
– Mejor no se lo pido, no sea que afecte a nuestra relación de amistad o a nuestra relación familiar
– ¿Y si dice que no?
– Es como mostrar mi debilidad
En el proceso de búsqueda de trabajo, crear y utilizar la red de contactos es fundamental. Incluso contando con una red potente, pedir no siempre es fácil porque nos expone, supone expresar una carencia, una necesidad y, además, ¡¡nos pueden decir que NO!!!
Es complicado avanzar en el proceso de búsqueda sin hacer peticiones. Y cuanto antes lo comprendamos y lo aceptemos será mejor. Y cuanto antes nos pongamos manos a la obra mucho mejor. Y cuanto antes cuidemos el cómo lo hagamos aún mejor. Algunas ideas:
• no pongas el foco en las posibles consecuencias negativas que la petición pueda generar
• realiza peticiones abiertas, directas y honestas.
¿Y si la respuesta es negativa? Pues lo asumiremos y contemplaremos otras opciones, buscaremos en otra parte, indagaremos sobre otras personas.
¿Y si la respuesta es positiva?, calcula todo lo que lograremos y todo lo que nos ahorraremos, por ejemplo, tiempo e insatisfacciones…
Y después, acuérdate de la palabra mágica: ¡¡gracias!!, que como dice Keith Ferrazzi en el ya clásico Nunca comas solo, “Es una oportunidad de reforzar la percepción de continuidad de nuestra relación y crear un aura de buena voluntad”.
¿Sigues pensando que pedir es mendigar?
Ponte en marcha, cuanto antes, mejor.
Escrito por María José Lasarte.