Cuando conocí a Marta tenía 39 años, 13 años de experiencia directiva en diversos sectores, tanto expatriado como a nivel nacional, habiendo cursado programas de dirección tanto en Europa como en USA. Por qué no decirlo, en esos momentos, mi modestia profesional era más bien escasa… Hasta esa fecha, no había tenido ningún problema para poder avanzar en mi carrera, cambiando de sector, empresa, país y continente, cada vez que me había planteado algún cambio.
Pero esta vez me estaba costando. ¿Sería la edad?, ¿sería que había perdido atractivo para el mercado? No entendía lo que podía ser. Lo que nunca se me pasó por la cabeza, es que podría ser yo el que me estaba dirigiendo de manera equivocada al mercado, ya que seguía haciendo lo mismo que había hecho desde que tenía 25 años y que siempre me había funcionado muy bien; esto es, fuego a discreción a cualquier proceso de búsqueda que pudiera encajar dentro de mi área de especialización, en este caso Dirección Financiera, con independencia del sector del que se tratara, y con independencia del lugar del mundo en que se ofreciera. Y siempre me había funcionado, pero últimamente ya no era así. (Tengo que reconocer que esta manera de operar era muy cómoda, bastaba con dedicarle un par de horas a la semana a través de páginas web. Y siempre me había funcionado!);
Recuerdo mi primera entrevista con Marta como muy dura, pero sin ella el cambio jamás hubiera podido producirse. Hasta ese día, sólo había trabajado con headhunters, que te presentan al cliente en caso de que consideren que estás dentro de los tres mejores candidatos, y conservan tus datos para ponerse en contacto contigo para posteriores procesos de búsqueda.
Pero Marta no es un headhunter. Lo primero que aprendí en aquella primera hora de entrevista con ella en el Vips de Velázquez es que tenía que cambiar mi manera de dirigirme al mercado. Qué fastidio!, con lo cómodo que era! Sinceramente, no le hice ningún caso, era más cómodo seguir igual, y seguramente no pasaría mucho tiempo hasta que pudiera volver a dar un paso adelante en mi carrera profesional. Pero no fue así…
Volví a contactar con Marta y esta vez seguí sus indicaciones: fundamental salir de la zona de confort, que todo tu network conozca tu situación, diseñar y saber exponer un mensaje breve, claro y convincente acerca de quién eres, qué es lo que quieres y qué puedes aportar, dirigiéndote a la empresa objetivo que tú has decidido y llegando a entrevistarte con el decisor final. Para ello, el principal trabajo, viene de uno mismo, y es fundamental el apoyo de todo el equipo de trabajo, y de todo tu network.
Tras meses intensos de trabajo, identifiqué dos empresas objetivo, a ambas llegué a través del network generado a través del grupo de Marta, y una noche, durante una cena, con una sola bala y gracias al apoyo clave de Sebastian, conseguimos el objetivo.
Os animo a todos a salir de vuestra zona de confort. Todo depende de nosotros, ¿merece la pena intentarlo? La Os aseguro que sí.
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Escrito por José Luís Fernández Blanco.